jueves, 2 de septiembre de 2010

"La espera" - ficcion

El hombre esperaba ese "algo" muy expectante. Pero ese "algo" se tardaba mucho y ese hombre se inquietaba cada vez más.
El hombre no dejaba de mirar el reloj que en ese momento anunciaba las 9:15 hs, y el reloj no dejaba de mirar al hombre que en ese momento dejaba la marca de su recorrido en círculo por la sala donde se encontraba.
Ese "algo" no aparecía y ese hombre parecía que se desvanecía.
La espera se alargaba mientras el reloj alardeaba sus nuevos números: 8:23.
El hombre, desconcertado, sospechaba que el reloj tramaba algo contra él ya que después anunciaba las 7:39 hs. El hombre tenía razón: pero era el tiempo, en complot con el reloj, quien jugaba con la espera de él.
La espera dejó de ser tan solo larga para ser confusa y extraña.
El hombre no se iba a dejar vencer por el tiempo, pero el tiempo tampoco se iba a dejar vencer por el hombre. Mientras el tiempo se distraía en jugar con la espera, el hombre comenzó a pensar la forma de ganarle.
Pensó y pensó tanto que ya se había olvidado de la presencia del tiempo, del reloj y de la espera, pero jamás se olvido del "algo" que lo motivaba a seguir hacia delante.
Pensó y pensó tanto que cuando creyó encontrar la forma de vencer al tiempo, éste ya había pasado.
Volvían a ser las 9:17 hs y la presencia de la mujer que traía consigo el "algo" ahuyentó a la espera. Al fin, el hombre consiguió lo que por tanto tiempo esperó. Era el "algo" más bello que jamás había visto y que le daría un nuevo rumbo al camino de su vida... lo llamó: hijo.
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2:00 am

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