lunes, 30 de agosto de 2010

"No se va a arreglar pegandole" - ficcion


Ya acomodado en mi sillón individual, con una bebida en una mano y el control remoto en la otra mano, lo menos que quería era moverme luego de un día totalmente agotador, pero… ¿Qué es lo peor que me puede pasar? Si… comienza a fallar el control.
Me dije: “¡mierda! No me pienso levantar de acá”, así que dejé mi vaso en una mesa de luz al lado del sillón y con esa mano comencé a golpear el control… por suerte funcionó.
Al rato el control volvía a fallar y, yo en mi afán por lograr que funcione, lo golpeaba nuevamente hasta que lograba mi objetivo. Y así, los golpes acompañados de insultos, aumentaban cada vez más hasta el punto que parecía no tener arreglo, en ese momento mis palabras de rendición y furia fueron:
“¡Dios! ¿Por qué tenes que hacerlo tan difícil? ¿Es necesario seguir complicando mi existencia? ¡¿Yo te hice algo para que me hagas esto?!
Es mas… yo nunca te molesto pidiéndote las cosas… no soy solo otro vago que espera que le arregles la vida haciendo que gane la lotería. Todo lo que conseguí, lo hice a través de mis esfuerzos:
Vos no compraste mi TV, tampoco mi bebida y mucho menos terminaste los estudios por mi; estudios que lograron que yo consiguiese todo esto para mi…”
En ese momento me detuve y silencié mi enojo por unos minutos para reflexionar lo que había dicho.
Finalmente suspiré, me levanté, fui al cajón donde se encontraban las pilas nuevas y se las reemplacé por las viejas a mi control remoto, llené mi vaso, volví al sillón y… cuando creía que iba a cambiar de canal otra vez (como lo venia haciendo antes de la interrupción) simplemente apagué el aparato.
Miré a mí alrededor y en la misma mesa de luz donde reposaba mi vaso había un libro, así que lo tomé. Con solo leer el titulo dos recuerdos invadieron mi mente: la Televisión y parte de mi crecimiento adolescente en la secundaria.
Y refexioné observando nuevamente la TV que se encontraba apagada: “Ese Martín Fierro no vale lo mismo que éste”.
23:46 hs