viernes, 3 de septiembre de 2010

“El final” - ficcion

Yo estaba comprometido y me había enamorado de otra mujer que también estaba comprometida: Ella con su final, y yo con mi soledad.
Trataba de acercarme pero Ella vivía con el final en su cabeza cada día de su vida y hacía dificultosa la tarea de lograr que se fijase en mí.
Un día tuve la suerte y desgracia de tener que calcular la llegada de su final; ese día, Ella me vió y el simple "hola" pronunciado por su dulce boca, apuñaló a mi soledad. Al ver a la soledad desangrarse, simplemente le dí la espalda y no aparté mi vista de Ella.
Desde ese día nos hicimos compañía mutuamente y la soledad no volvió a aparecer. Pero ahora comenzaba mi lucha contra su fin que como anunciaban muchos expertos (incluyéndome), llegaría muy pronto... era un final maligno y anunciado prematuramente.
Aunque el final aún se encontraba ausente, no dejaba de mostrar su presencia en el espíritu de la mujer; el miedo hacia él la hacía dejar de vivir mucho antes de que éste apareciera.
Sabía que no podría vencer al final, pero si podría lograr que ella viviese sin estar pendiente de éste.

Para lograrlo mis palabras hacia Ella fueron:
"Desde que la luz de tu alma se reflejó en mis ojos no dejé de pensar en vos y sabía que mi destino sería hacerte feliz de por vida.
Supe desde el comienzo de tu relación con el final, y al ver que éste no te dejaba disfrutar del camino de la vida, me propuse a acompañarte y a cegarte ante las señales que anunciaban el final del camino y te distraían del paisaje que se podía ver a los lados.
No hay final sin un comienzo y quiero que comiences a disfrutar... conmigo, porque te amo".
El final no volvió ser nombrado hasta su llegada.
Luego de varios meses (muchos mas de los predichos), el final apareció. En ese momento me encontraba acompañándola a Ella que se encontraba muy débil en su cama.
Antes de que el final terminase de anunciar su llegada, Ella le pidió tan solo un minuto para poder hablar conmigo. El final no se lo negó ya que éste había esperado durante los 25 años de existencia de la mujer y un minuto mas no lo afectaría.
Ella me miró, nos sonreímos y me dijo:
“Aunque hayamos llegado al final del camino, no significa que no puedas seguir avanzando: seguí avanzando… ahora son el final de mis sueños los que vuelven a ser el comienzo de los tuyos.
Te amé y te amo como nunca lo hice en mi vida, gracias por cruzarte en mi camino”
Finalizadas sus palabra, el final llegó.
Llamé a la enfermera y anuncié: “hora de defunción: 12 hs”
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Dedicado a Fabi (ideador del título): loco! me hiciste dar cuenta que darle una idea al título es mas difícil que darle un título a la idea jaja.
2:20

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