Cuando ya no estas.
Hace días que siento raros los días. 13 de Julio.
El mes pasado cumplieron años 2 amigos muy cercanos, mi
sobrina más cercana, mi vieja, 2 personas que quise mucho (de formas muy
distintas) pero que me acompañaron en momentos “importantes”, fue el día del
padre y se cumplió también, un año del fallecimiento de mi viejo. En lo que va
del mes fue mi cumpleaños (el cual, raramente, se festejó con mucha familia en
la casa), comencé a sociabilizar un poco más en la facultad gracias a inglés (jaja),
después de mucho tiempo volví a jugar en un torneo de fútbol como arquero
titular, y volví a saber de una de esas personas a las que alguna vez quise
tanto, luego de 3 o 4 años.
Hace un rato, mientras cenaba con mi vieja, hablábamos de
temas psicológicos y los intercalamos con la temática de una serie de tv que se
cuestionaba la vida después de la muerte.
Luego de comentarme que ella sentía que realmente, más allá
de que esa persona había fallecido, seguía estando presente por ejemplo, a través
de los sueños, me preguntó qué era lo que yo creía o pensaba sobre esto.
...Silencio …
Fue difícil encontrar una respuesta. Me cuesta pensar que
una persona luego de muerta pueda ejercer una influencia voluntaria en este
plano de la vida física. Los fantasmas o espíritus son anormalidades que si
llegasen a ser ciertas, ocurrirían casi tan seguido como la posibilidad de que nos
caiga un rayo.
Así que lo único que se me ocurrió fue “energía”. No sé si hay otra vida después de la muerte para las personas. Pero si hay una energía que nos deja la persona que muere y que sigue moviendo toda esa vida que aún existe. Voluntades, sueños, frustraciones, errores, ideas, alegría... todas esas cosas que movían a una persona mientras estaba viva, seguirán formando parte de ésta vida más allá de que esa persona ya no este físicamente. Es ESA energía la que perdura y la que nos acompaña. Es un flujo que simplemente no se puede controlar, pero está presente dependiendo de lo importante que fue una persona para nosotros.
Así que lo único que se me ocurrió fue “energía”. No sé si hay otra vida después de la muerte para las personas. Pero si hay una energía que nos deja la persona que muere y que sigue moviendo toda esa vida que aún existe. Voluntades, sueños, frustraciones, errores, ideas, alegría... todas esas cosas que movían a una persona mientras estaba viva, seguirán formando parte de ésta vida más allá de que esa persona ya no este físicamente. Es ESA energía la que perdura y la que nos acompaña. Es un flujo que simplemente no se puede controlar, pero está presente dependiendo de lo importante que fue una persona para nosotros.
Finalmente la forma más sencilla para tratar de explicárselo, fue metafóricamente diciendo que es como si todos fuéramos un auto que va a
cierta velocidad. Esa velocidad varía según la persona que vaya de acompañante.
Al momento de frenar el auto de golpe la persona que va de acompañante se
seguirá moviendo en la misma dirección a causa de la inercia.
La energía que dejamos al morir es esa inercia que, para
algunos acompañantes será mucho más fuerte. Todo depende de la “velocidad” a la
que vayamos con ese acompañante.
Es decir, se trata de la intensidad de las huellas que dejamos en todas esas personas que nos van conociendo.
Es decir, se trata de la intensidad de las huellas que dejamos en todas esas personas que nos van conociendo.
Todo lo que percibimos es el resultado un constante flujo de
energía que tuvo origen en el pasado. La energía no se extingue con nuestras vidas.
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